GUÍA PRÁCTICA de Aceites de Belleza. ¿Cuál usar para cada caso?

Argán. Almendras. Aguacate. Coco. Nueces de Macadamia. Jojoba. Karité. Oliva. Son muchos y variados los frutos, plantas, arbustos y árboles con múltiples beneficios no sólo para nuestra salud, también para nuestra piel y cabello.

Los aceites son el último reclamo beauty, y ya no hay marca que se precie que no ofrezca el mágico elixir en sus productos para piel y pelo.

Os contamos las propiedades de los ingredientes más utilizados:

Oro líquido de Marruecos o Argán. Los bosques de argán tienen un gran valor a nivel ecológico ya que participan en el mantenimiento de la humedad y fertilidad del suelo, de ahí que su principal propiedad para nuestro cuidado sea la nutrición y la hidratación pero también es conocido por su efecto regenerativo en la piel, estimula la oxigenación de la piel  y aporta elasticidad y es especialmente recomendado para aliviar las molestias propias de enfermedades dermatológicas como la neurodermitis y psoriasis.

Aceite de Almendras. Contiene una importante cantidad de vitaminas A y E, así como sales minerales, proteínas y ácidos grasos lo que ayuda a restaurar el cabello estropeado, seco y quebradizo, aportándole una nutrición añadida que le da más brillo y suavidad.
Mejora la elasticidad de la piel, lo que ayuda a prevenir estrías y también es indicado para desinflamar irritaciones cutáneas.

Aceite de Aguacate. Posee un alto contenido en aceites vegetales y propiedades antioxidantes. También se sabe que tienen propiedades físicas de protección solar que pueden proteger el cabello y el cuero cabelludo de los daños causados por la radiación UVA y UVB del sol.
En la piel, el aceite de aguacate aumenta la producción de colágeno, por lo que previene el envejecimiento y es especialmente bueno para la piel seca y con comezón.

Aceite de Coco. Varias celebrities se han declarado fans del aceite de coco para cuidar su piel y cabello. La  grasa constituye el principal componente tras el agua y es rica en ácidos grasos saturados por lo que funciona increíblemente bien reparando el cabello dañado, además, de manera natural, es un agente fungicida, lo que lo convierte de inmediato en un ideal tratamiento anticaspa, manteniendo un pelo radiante con un cuero cabelludo sano.
Aplicado en la piel, el aceite de coco proporciona una hidratación real y profunda. Ayuda a reforzar las capas internas y promueve la eliminación de las células muertas cutáneas que hacen que la piel tenga un tacto seco y rugoso.

Aceite de Macadamia. Son el fruto seco con mayor porcentaje de grasas que existe, superior al 70% y por su alto contenido en ácido palmitoleico tiene aplicaciones cosméticas muy interesantes. El aceite de macadamia puede utilizarse para estimular el cuero cabelludo debido a sus propiedades percutáneo-estimulantes. Contiene además ácidos grasos que ayudan a tratar la caída del cabello. Penetra fácilmente en la piel, retiene la humedad y la protege del sol y otras agresiones externas. Hace que la piel quede luminosa, elástica e hidratada.
 No es comedogénico, es decir, no obstruye los poros. Es perfecto para usarlo como base para añadir aceites esenciales que no pueden aplicarse sin diluir. Combinado con otros aceites esenciales aumenta sus propiedades y mejora su efectividad.

Aceite de Jojoba. Los indios americanos, atribuyéndole propiedades mágicas, utilizaban la Jojoba como restaurador y acondicionador del cabello, alimento, medicina e incluso como protector de la piel frente a las fuertes radiaciones solares del desierto. Su alta composición en ceramidas (96%) es la que provoca su extraordinaria estabilidad frente al calor y la oxidación, evitando que se altere con el paso del tiempo y ayudando a mantener íntegras todas sus propiedades.

Manteca de Karité. Su ingrediente principal es el ácido oleico, se conoce sobre todo a esta grasa por sus propiedades hidratantes por lo que es utilizada en la composición de numerosos preparados de la industria cosmética. Es perfecta para el cabello seco, pues tiene una acción reparadora, nutritiva y protectora. La manteca de karité actúa recubriendo la piel con una película invisible que evita la deshidratación y la protege de las agresiones externas, como el sol, el viento o los cambios bruscos de temperatura. Es muy eficiente en la regeneración de la piel, calma las pieles irritadas, es el más efectivo de los antienvejecimiento que existen en la naturaleza.

Aceite de Oliva. Los beneficios para la salud de las aceitunas son de sobra conocidos, pero un fruto con tantas propiedades no sólo es bueno como alimento, y eso lo sabían muy bien las antiguas civilizaciones.  En Grecia, Roma y Egipto era un imprescindible cosmético. Se recomienda aplicarlo para fortalecer el cabello, evitar el encrespamiento, tratar las puntas abiertas y reparar el cuero cabelludo. Entre sus beneficios para la piel es su capacidad para reparar los tejidos dañados y debido a sus ácidos grasos naturales y a su aporte de vitaminas E y K, el aceite de oliva es una excelente alternativa para luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel.

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